Un Experimento de 5 Días Sin Internet
Hoy en día es casi imposible vivir sin internet. Es la fuente de información más amplia, tanto para información verdadera como falsa. Es la forma de planificar viajes, planificar citas, estar en contacto con la gente, promocionar tu negocio, etc.
Personalmente mi trabajo depende mucho del internet: es una forma de que los clientes me encuentren, es una forma de que la gente lea sobre mí y sepa qué tipo de servicios ofrezco, además realizo sesiones y talleres online, así que ¡Es una forma de conectarme con la gente y poner en marcha mi trabajo!
Sin embargo, creo que la mayoría de nosotros podemos estar de acuerdo en que pasamos demasiado tiempo conectados, y aunque usemos el internet para el trabajo, acabamos navegando por cosas no relacionadas, nos hipnotizamos por las fotos o los vídeos, o pasamos mucho tiempo hablando con la gente. ¡A veces incluso nos engañan para que compremos cosas!
Y así, llega un punto en el que esto acaba siendo abrumador. En algún momento de este verano, tuve uno de esos momentos. También tenía una situación personal algo dramática que duró días, y por eso estaba interrumpiendo mis repetidos intentos de relajarme y desconectar durante mis vacaciones. Curiosamente, en ese momento, me quedé sin datos (o al menos eso creo), y no tenía Wi-Fi donde estaba, y pensé ¨PERFECTO¨! No voy a usar Internet hasta que vuelva a casa, o hasta final de mes, lo que ocurra primero, ¡y probé lo que parecía una experiencia desafiante!
Así que compartiré mis pensamientos y experiencias contigo, y me encantaría saber lo que piensas o si te animaría a probar esto también.
Día 1
El día 1 fue el más largo y reflexivo.
Me despierto y después de ir al baño y hacer la rutina matutina habitual, me parece muy extraño y difícil luchar contra la tentación de encender mis datos. Por lo tanto, empiezo a pensar realmente en cuánto dependemos sobre el móvil y el internet. Incluso si no son las cosas típicas como enviar mensajes a la gente, no puedo buscar en Google algo que quiero saber en el momento que quiera, no puedo usar Shazam para saber el título de una canción que suena, no puedo usar Amazon para buscar algo que me doy cuenta que necesito, etc.
¡Lo gracioso es lo irritada que empecé a estar por lo mucho que otras personas están sobre su teléfono todo el tiempo! Cuando dejas de hacerlo, realmente te das cuenta de cuánto lo hacemos todos.
Reflexión: (algo que yo sabía pero realmente experimenté con más intensidad) Me doy cuenta de que vivimos más en el futuro que en el presente. Por ejemplo, planificar lo que vamos a hacer mañana o la semana que viene, comprar cosas que necesitaremos más tarde etc. Planeando constantemente el futuro.
En este punto es cuando decido practicar algo de Mindfulness en la playa, y me siento muy agradecida de estar aquí y sigo asimilándolo todo a mi alrededor! Es increíble lo que esta experiencia puede hacer por el resto de tu día y tu estado de ánimo.
Estoy explorando los sentimientos contradictorios de libertad versus limitación. Estoy libre de drama, libre de redes sociales, libre de obligaciones. Sin embargo, también estoy limitada a buscar planes para las vacaciones en las que estoy, por lo que dependo de otros para verificar las direcciones, el clima o que hacer allí.
Estar más presente hace que el tiempo pase lentamente.
Día 2
No tengo tantas ganas de revisar mi teléfono por la mañana.
¡Sin embargo, pido un teléfono por un momento para contactar a la cuidadora de mi gata!
Libre de estrés.
Tengo algunos momentos de aburrimiento donde Internet hubiera sido entretenido.
Día 3
Casi no presto atención a la hora que es.
No me molesta no tener Internet, sin embargo, empiezo a sentirme ansiosa por cuando lo vuelva a tener y probablemente tendré muchos mensajes que responder, correos electrónicos, cosas de las que ocuparme.
Reflexión: Me siento atraída por las redes sociales ya que es la manera que esta de moda para relacionarse con la sociedad. Realmente no es fácil salir.
Empiezo a pensar en lo importante que es internet para mi trabajo y reflexiono sobre como no sería profesional de mi parte estar desconectada por mucho tiempo. Por eso decidí hacerlo durante mis vacaciones. Pienso que si quiero repetir esto de vez en cuando tendría que ser durante el fin de semana.
Día 4
Bien sin internet. En cierto modo me siento más tranquila, pero sigo ansiosa por lo que encontraré cuando vuelva a conectarme a Internet, principalmente por la situación personal no resuelta que está pendiente, por lo que empiezo a anticipar posibles escenarios.
Empiezo a sentir que quiero saber cómo les va a las personas que me importan. Mis amigos, mi familia, mis compañeros… Esto es después de que tuve la desgracia de no poder viajar 'a casa' en el último momento, así que me siento con más carga emocional.
Me preocupo por mis clientes y me pregunto si alguno de ellos se habría puesto en contacto conmigo o si necesitaba algo.
Me vuelvo consciente de mis sentimientos simultáneos de tranquilidad y estrés, por lo que siento curiosidad al respecto, focalizo mi atención en esta experiencia y entonces trato de calmarme conectándome con mi cuerpo mientras trato de racionalizar mis ¨Pensamientos Catastróficos¨.
Día 5
Me siento más en paz. No quiero volver a estar tan pendiente de mi teléfono constantemente.
Reflexión: Siento el aburrimiento como cuando era más joven y lo manejo como lo hacía entonces. Básicamente, sin usar una pantalla.
Soy consciente de que quiero hacer esto más a menudo. Incluso si es por un período de tiempo más corto, quiero y necesito hacer esto con más frecuencia.
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